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El PENT cumple 15 años

Prensa 24 de Septiembre de 2020

El PENT cumple 15 años

Sí… parece increíble, ¿no? El Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías, que nació en el año 2005, está festejando su decimoquinto aniversario. Como ya es tradición en el PENT, nos juntamos en línea a divertirnos un poco recordando algunos de los momentos importantes que vivimos como equipo. En el diálogo surgieron anécdotas impensadas y también revivimos hermosos momentos

“¿Quién es ese “flaco” que vino de México y trajo una plataforma que acá casi nadie conoce que se llama Moodle?”, se rumoreaba por algún pasillo en el año 2004. Ese “flaco” era Fabio Tarasow y así comenzaba la prehistoria del PENT. 

Por aquel entonces había en FLACSO una especialización en educación y nuevas tecnologías con una modalidad presencial que dirigía Mariano Palamidessi, quien hoy nombramos como “el padre fundador del PENT”. Fabio, recién llegado de sus años de estadía en México, se incorporó a este posgrado para pensar los contenidos y organizó el Seminario sobre Sociedad de la Información en modalidad virtual. Junto a Mariano comenzaron a trabajar en el desarrollo de una Diplomatura Superior en Educación y Tecnologías en modalidad virtual. Bettina Berlin se integró como coordinadora administrativa en ese momento y fue inscribiendo a los primeros participantes. La propuesta del posgrado completamente en línea inició con la primera cohorte en abril del 2005 y es el hito que consideramos como nacimiento del PENT.  

“El PENT se formó alrededor de una mesa de FLACSO con personas reunidas gritando alocadamente y jugando, divirtiéndose, con algunas cositas para picotear y mate. Y la gente se fue sumando”, recuerda Fabio.  

En ese mismo año, Mónica Trech, recién llegada de trabajar varios años en Colombia, se incorporó al PENT y junto a Fabio armaron el primer esbozo de los posibles módulos del diploma. Al poco tiempo se sumaron Gisela Scwartzman, encargada de reprocesar contenidos para la Diplomatura en modalidad virtual, y Christian Milillo, que con solo 19 años, empezó a hacker al Moodle para hacer un mundo nuevo en cada sesión del posgrado. ¡Y así se completaba el cuarteto que luego integraría la coordinación del PENT!  

Los primeros dos años se fueron construyendo sobre la marcha. Cada módulo nuevo se realizaba junto a docentes que venían del posgrado presencial. Se reprocesaba el contenido y se generaban las actividades. Mónica coordinaba al equipo de tutoría y Gisela negociaba con docentes y con Fabio. Christian recibía los módulos para montar el viernes para estar el lunes y el lunes había cambios de último momento. Documentos de Word iban y venían, ¡y todo se publicaba en dos días!

¿Dónde estaba Valeria Odetti que hoy es Coordinadora Pedagógica de la Diplomatura? También estaba cerca…. ¡En 2005 estaba cursando como estudiante! “Un día, yo estaba en el posgrado, y sonó el teléfono. Era Mónica Trech, mi tutora, y lo primero que pensé fue `yo no debo nada´. Ella me llamó para darme feedback sobre el nivel de participación en mi comisión, animándome a seguir así. Fue muy divertido, porque alguien que estaba todo el tiempo virtual, de repente era una voz en el teléfono”, recuerda Valeria. 

En el 2005  la vida digital en Argentina era muy incipiente y era habitual el uso del teléfono en la comunicación de la vieja educación a distancia. Se daban cursos por televisión, con libros que se repartían en las casas y con un equipo de gente que llamaba por teléfono. No era posible desarrollar los procesos en línea como hoy. 

Si bien Internet era otra, sin banda ancha ni móvil, y la conectividad y la cultura digital tampoco eran lo que son ahora, la Diplomatura del PENT se pensó como una propuesta completamente en línea desde su inicio. Se asumió el desafío de crear, innovar e involucrar a docentes y estudiantes, intentando que nadie quedara fuera. “En esa época las tutoras llamábamos por teléfono y se organizaban encuentros en bares. Los primeros años del PENT nos agarraron galopando entre esas viejas tradiciones y la transición por completo a la virtualidad, dice Gisela. 

Fabio rememora la ingenuidad de aquellos primeros momentos: “Teníamos mucha facilidad para inventar cosas y hacerlas sin medir lo que estábamos haciendo. Hoy todos los procesos están más institucionalizados y formalizados. Eso tiene sus ventajas pero, de cierta manera, endurece un poco las cosas. En ese momento hacíamos cosas muy alocadas como ponerle una barba del che o un pato en la cabeza del coordinador en un video”, cuenta. 

Con el tiempo se fueron consolidando diferentes áreas de trabajo del PENT, como las de Asesorías  y de Investigación. Primero comenzaron a llegar pedidos de consultoría, se presentaron las primeras sistematizaciones en congresos y jornadas con la intención de producir, reflexionar y compartir; luego se consolidaron las áreas coordinadas por Mónica y Silvina Casablancas. “Lo que ahora son áreas de trabajo, primero emergieron y después se consolidaron como tales”, cuenta Gisela. 

Con el correr de los años se fueron creando nuevos roles y se integraron personas con diversas trayectorias y formaciones disciplinarias como diseño, programación, comunicación, pedagogía, docencia, gestión, desarrollo e investigación. Algunas eligieron seguir por otros caminos de crecimiento y otras se quedaron hasta la fecha. Hoy, ¡somos más de 40! 

Día a día, el PENT sigue creciendo. La dinámica del equipo permite que emerjan nuevas cosas y tiene la suficiente capilaridad para dejar brotar, ramificar y consolidar. Así, integrantes del equipo van tomando nuevos roles, surgen nuevos espacios de trabajo, se desarrollan nuevas experiencias. Se pone en valor a cada persona del equipo y siempre hay un paso más para dar. 

“No se trata de trazar una meta sino más bien de seguir preguntando qué otras cosas podemos hacer. Expandir las fronteras. Poder preguntarnos `¿qué más?´, con este espíritu de divertirnos, de que trabajar sea placentero, de transformarnos, de aprender juntos”, dice Valeria. 

Hoy, el PENT extiende su horizonte más allá del posgrado. Con la proyección de las asesorías, produce con otras instituciones. Se trata de un hacer con otros mucho más grande, un descubrir y un construir que expande día a día el orden de magnitud de lo que hacemos. “Más allá del crecimiento, seguimos apostando a una relación uno a uno con nuestros estudiantes, “actores” principales de nuestro trabajo. Los que, como siempre decimos, se asomaron a ver de qué se trataba, se entusiasmaron tanto como nosotros y hoy se mantienen cerca. Son quienes nos acompañan en el desafío diario de mantener vivas las ganas de aprender”, explica Mónica.

“A los que formamos parte, el PENT nos cambió la vida, y a los que pasan les deja una experiencia valiosa. Eso es algo a seguir sosteniendo. Queremos seguir siendo un espacio rico para quienes trabajamos en él y también para quienes participan de alguna de nuestras propuestas”, dice Fabio.

Gracias por acompañarnos y ser parte de nuestra historia. 

¡Sigamos expandiendo fronteras y vayamos por más!

 

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